Sir John Conroy

Victoria se deleita en utilizar su poder como Reina para abolir el estricto control que Sir John había ejercido sobre ella. Como asesor de confianza de la duquesa, en cuanto Sir John fue nombrado Mayordomo de su residencia empezó a emplear su proximidad a la futura heredera en beneficio propio. Él ideó el tiránico “sistema de Kensington”, destinado a aislar a Victoria de sus “corruptos” parientes y asfixiarla hasta tal punto que no la permitían ni bajar sola las escaleras. Disfrazando sus métodos de “protección”, cuando su verdadero objetivo era llegar al poder, llegó incluso a intentar obligar a una Victoria enferma y febril a firmar un documento que le convertiría en único regente si ella accedía al trono. Ella se negó. Y la determinación de Victoria de no rendirse nunca ante el hombre que tenía a su madre comiendo de su mano nunca flaqueó.