Presentación del guionista Guy Burt

''Esta es una historia que me ha fascinado desde que tenía ocho años. Imagino que es algo corriente en muchos niños adultos como yo. Más allá de la historia de amor, tesoros enterrados y misterios de 3000 años, sin embargo, hay una narración muy diferente: de valentía, tesón y porfiada autoestima'' Guy Burt, guionista de 'Tutankamón'.

PRESENTACIÓN DEL GUIONISTA DE 'TUTANKAMÓN', GUY BURT

Howard Carter fue un hombre apasionado, terco y arisco, cuya convicción de que la tumba de Tutankamón yacía en el centro del Valle de los Reyes chocaba con las opiniones de los más experimentados arqueólogos y con décadas de excavaciones exhaustivas. Todo apuntaba a que estaba equivocado de cabo a rabo y, sin embargo, acertó de lleno. No obstante, la fuerza de voluntad para que prevaleciera su punto de vista, obtener los permisos para excavar y llevar el trabajo a buen puerto, le convirtieron en una persona asocial. Puede que los guionistas nos sintamos especialmente atraídos por marginados sociales porque quizá nos veamos reflejados en ellos, de modo que contar la historia de Howard Carter tenía mucho atractivo y magnetismo para mí.  

También apasionante, desde el punto de vista del autor, era para mí la inquebrantable y cordial amistad que nació entre Carter y su mecenas, Lord Carnarvon. En apariencia no podían ser más diferentes el uno del otro, pero compartían una enorme fe en su corazonada, cada uno a su manera: Carnarvon era un tahúr indecoroso y Carter un ferviente convencido de la ubicación de la tumba. En última instancia Carnarvon apostó su patrimonio en la corazonada de Carter y le salió bien la jugada, bueno… estuvo a punto. Los detalles de cómo se desarrolló la jugada constituyen su propia y dolorosa historia.

Por último, las pruebas documentales y el intercambio epistolar entre los protagonistas nos dejan entrever indicios de que las relaciones entre Carter y la hija de su mecenas, Evelyn, podrían haber ido más allá de una simple amistad. Los indicios son solo eso, y los expertos no son unánimes al respecto ni mucho menos. No obstante yo preferí creer que ese amor que nos invoca desde el pasado tuvo que ser mucho más poderoso en primera persona. En Egipto, en el Valle, me da la impresión de que podía ocurrir cualquier cosa. Un niño puede convertirse en faraón, una tumba real puede caer en el olvido o ser descubierta de nuevo. Y es posible que dos personas separadas por sus respectivas clases sociales puedan enamorarse.

 

Confiesa que te gusta

'Tutankamón'