Duque de Cumberland

Desfigurado por una enorme cicatriz en el rostro, Ernesto Augusto parece, en muchos sentidos, un villano de dibujos animados, del que se rumoreaba que había matado a su ayuda de cámara y tenía un hijo con su propia hermana. Tras la muerte de Guillermo IV, Ernesto es nombrado rey de Hannover; Los reinos de Hannover y Gran Bretaña habían estado unidos desde que Jorge I ascendió al trono británico, pero al existir la ley sálica en Hannover, Victoria no podía heredar la corona, que pasó al siguiente heredero varón. Ernesto no quedó satisfecho con su premio de consuelo, el reinado de “un grano en la cara de Alemania”, y esta reliquia de la era georgiana juró emplear todos los medios a su alcance para usurpar el trono de la joven Reina, buscando la oportunidad de usar su inexperiencia como excusa para imponer una regencia.

 

Duque de Cumberland