Lord Melbourne

Durante los primeros años del reinado de Victoria, “Lord M” se hizo rápidamente imprescindible para la joven Reina: Primer Ministro, secretario personal, buen amigo, profesor favorito, figura paterna y, para no mentir, objeto de adoración. Ella quedó cautivada por su encanto y confiaba en su buen juicio. Pero bajo su actitud alegre había un hombre destrozado que, tras su borrascoso matrimonio con Lady Caroline Lamb y la muerte de su hijo, era insensible a los sentimientos. Lord Melbourne se sintió revivir ante el ardor de Victoria, pero cuando los impulsos de la Reina entraron en conflicto con los asuntos de gobierno, se halló en el centro de un vórtice de lealtades en conflicto y emociones inapropiadas...

Lord Melbourne