Bananas

La paradisiaca isla de San Marcos, en el Caribe, es un centro de revoluciones, tramas e intrigas políticas, tanto locales como internacionales. El general Emilio Vargas es el hombre fuerte del lugar y su palabra es ley con poder de vida o muerte sobre todo ser vivo, nacido allí o llegado como intruso político desde otro país. Como en Nueva York nunca han faltado los locos, muchos de los miles de inconformistas e inadaptados deciden ir a protestar a San Marcos, donde invariablemente les aguarda la mano férrea del general Vargas. Pero siempre hay algún loco que logra burlar la vigilancia de Vargas y marchar a la montaña como guerrillero. Fielding Mellish, un timorato probador de productos, termina enamorándose de Nancy, una activista política preocupada por la situación gubernamental en la república de San Marcos. La felicidad sentimental de Mellish se vendrá abajo cuando Nancy le confiesa que le abandona. Destrozado con la noticia, decide cogerse unas vacaciones y se dirige a la pequeña república de San Marcos. Pero lo único que consigue es verse envuelto en un sinfín de divertidísimos líos burocráticos en el pequeño país que tienen como telón de fondo la guerrilla subversiva. Pero todo se complica aún más cuando los rebeldes guerrilleros toman el poder y su líder se vuelve completamente loco. Sus propios compañeros toman una drástica decisión, cambiar al líder por Mellish, creyendo que él podrá salvar al país. Pero la suerte nunca parece estar del lado de Mellish y es secuestrado por el FBI, que le somete a juicio y le acusa de subversivo.

Segundo largometraje de Woody Allen, parodia anárquica de las revoluciones de los 70, con una sátira ligera, pero llena de unos diálogos surrealistas que su personaje, un tímido probador neoyorquino convertido en líder revolucionario de una república bananera muy a su pesar, mantiene con la protagonista femenina, interpretada por Louise Lasser, que había sido su segunda esposa en la vida real, aunque por aquellos momentos Allen