The Last Days of Disco

A principios de los años ochenta, dos recién licenciadas que acaban de llegar a Manhattan subsisten gracias a su trabajo en una editorial: Alice y Charlotte trabajan y viven juntas, pero no se puede decir que sean íntimamente amigas. Charlotte es manipuladora y mira siempre por encima del hombro a Alice, a la que consuela por haber sido una fracasada en la universidad y por no tener novio. Sin embargo, las cosas comienzan a irle mejor a Alice tras conocer a varios chicos de Harvard en una fiesta, con lo que aprenderá a perder su aparente inocencia. Por la noche ambas van a una famosa discoteca para ver a los chicos que les gustan y progresivamente les invade la idea de salir en grupo para evitar la del emparejamiento feroz. La música disco está en pleno apogeo y las drogas, el sexo y los comportamientos más extraños a la orden del día. Los cuatro chicos sobre los que gira la vida nocturna de las protagonistas son cuatro jóvenes muy diferentes: Des McGrath, que se busca la vida en el club colando a los amigos por la puerta de atrás; Josh Neff, un joven ayudante del fiscal del distrito que pierde los estribos por la música disco; Jimmy Steinway, un agente publicitario encargado de introducir a los clientes de su agencia en el club; y Tom Platt, un guapo abogado de un bufete importante.

Whit Stillman director de "Metropolitan" y "Barcelona", que trabajó en diversas producciones españolas en los años 80, como "Sal gorda", de Fernando Trueba, se apunta a la fiebre nostálgica de las macrodiscotecas de finales de los 70, mostrando la evolución de un grupo de personas en aquella época, universitarios recién licenciados, que resultan ser ni más inteligentes ni más inocentes que el resto del mundo, aunque ellos se sientan privilegiados. Se trata de la película que cierra la trilogía de este director, productor y guionista sobre la juventud y la vida social, iniciadas con "Metropolitan" (que fue nominada al Oscar al Mejor Guión original) y "Barcelona".