Informe Robinson (3): Chico sincro

De niño Pau Ribes aprendió a vivir a contracorriente. En el agua encontró un refugio que mantuvo contra viento y marea, hasta que un día su suerte cambió y hoy ya le llaman el "Billy Elliot" de la natación española.

Cuando era pequeño, tenía problemas de atención y comportamiento. Estaba triste, se arrancaba el pelo, no se portaba bien. A los siete años fue con su familia a Barcelona a ver un espectáculo de natación sincronizada. El niño se empeñó en practicar ese deporte. Necesitaba el agua para ser feliz. Comenzó a entrenar cinco horas diarias. Algunos profesores no lo entendían. Él era el único chico en un deporte de chicas. A los ojos de muchos, era un bicho raro. Pero a Pau aquellas opiniones no le importaban demasiado. En el agua encontraba la paz y se sentía bien. Su familia siempre ha estado a su lado. Hoy, ya adulto, recuerda aquellos años en el mundo de la natación sincronizada.