Adiós, señor Haffmann

El director Fred Cavayé adapta libremente al cine la obra de teatro homónima de Jean-Philippe Daguerre sobre un joyero de origen judío, Joseph Haffmann, que se ve obligado a ceder su negocio a su empleado, François Mercier, cuando el ejército nazi comienza a ocupar Francia. A pesar de que la historia se pueda interpretar como una cinta que habla sobre las bondades del ser humano, esto no es así, ya que todo cambia cuando el joyero no consigue su propósito de escapar del París ocupado por los nazis, viéndose obligado a ocultarse en el sótano de su propio negocio.

Desde ese instante, "Adiós, Señor Haffmann" deriva en un 'thriller' en el que la tensión aumenta a medida que las inseguridades, la ambición y la perdida de humanidad de Mercier salen a la luz, hasta desembocar en un inesperado desenlace que acaba mostrando que nadie es quien parecía ser en un principio.

La cinta genera una atmosfera asfixiante gracias a la metamorfosis de sus personajes, al tono oscuro del que se tiñen las imágenes a medida que la tensión aumenta, así como a la ausencia de espacios en los que se desarrolla la trama -tan solo la joyería, el sótano y la casa en el primer piso-, que incrementa el factor teatral del que parte la obra.