Caprichos del destino

El destino se encarga de unir a dos personas completamente diferentes. Dutch Van Den Broeck, un duro policía que investiga un caso de corrupción dentro de su propio departamento, conoce de la manera más insospechada a Kay Chadler, una importante congresista envuelta en una amarga campaña electoral. Tras coincidir desafortunadamente por el hecho de que las parejas de ambos han fallecido en el mismo accidente aéreo, comienza entre ellos una relación romántica llena de secretos y mentiras.

Tras el desastre aéreo se descubre que la mujer del sargento Dutch y el marido de Kay viajaban como matrimonio y compartían idénticos juegos de llaves. Mientras que el policía se empeña en investigar hasta conocer toda la verdad, ella prefiere no saber nada del asunto debido a sus compromisos políticos. A pesar de todo, los dos tendrán que unirse para hacer frente a la traición común de la que han sido víctimas y ella acaba rindiéndose a la evidencia a la par que inicia una fuerte amistad con el detective.

Una de esas películas que tienen de todo un poco, acción, intriga y, por supuesto, un gran romance entre los protagonistas. El veterano realizador Sydney Pollack vuelve a contar una de sus particulares historias de amor y pasión, y para ello recurre a dos de los nombres más destacados de los últimos años en lo que a papeles románticos se refiere, Harrison Ford y Kristin Scott Thomas, que viven ante las cámaras una relación llena de lujuria y misterio, de secretos y deseos. Sydney Pollack es uno de los directores más reconocidos del cine norteamericano gracias a sus películas de ambiciosa producción, muy bien construidas y perfectamente rodadas, con escenarios incomparables y repartos estelares, con títulos tales como "Tal como éramos" o "Memorias de África". Pollack es también actor (trabajó con Stanley Kubrick en "Eyes Wide Shut") y aquí tiene también una pequeña participación ante la cámara.