Última noche en el Soho

Edgar Wright ("Baby Driver") firma el 'thriller' psicológico más colorido y fascinante de 2021, con unas entregadísimas Thomasin McKenzie ("Jojo Rabbit") y Anya Taylor-Joy sumidas en una espiral de viajes temporales, luces de neón, sangre y glamur. En definitiva, "cine que mola, y además mucho" ("El Mundo").

La cinta, primera película del cineasta protagonizada por mujeres, presenta a Eloise, una adolescente muy tímida y con una sensibilidad especial para ver espíritus. Cuando la joven decide mudarse a Londres para estudiar moda, comienza a conectar en sueños con una cantante londinense de comienzos de 1960. ¿Quién será esa aspirante a estrella que persigue el éxito en los clubes y teatros más sórdidos? ¿Por qué desprende un aura tan trágica?

Esta misteriosa trama, que deriva en una auténtica pesadilla con acento de 'giallo', entrelaza el destino de dos jóvenes separadas por más de medio siglo. Eloise, la provinciana con habilidades psíquicas interpretada por McKenzie, "es una amalgama de experiencias mías, de mi madre y de mi cuñada", explica Wright. Por su parte, Sandie, el fantasma de los 60 que intenta abrirse camino en un mundo cruel, corre a cargo de la magnética Taylor-Joy, quien cautivó al director desde su debut cinematográfico en "La bruja" (2015).

Junto a ellas, el tercer protagonista: el escenario. "El Soho es uno de esos barrios que nunca duermen. He andado por sus calles más veces de las que puedo contar y tiene un punto oscuro, peligroso", señala el director sobre el espacio elegido para el proyecto, su primer acercamiento al cine de terror desde un punto de vista no paródico.

El filme, cuyo título nació curiosamente de una conversación entre el director y Tarantino, supuso el último trabajo de Diana Rigg (quien interpreta a la casera Collins) y está dedicado a su memoria.