Tras diez años de trabajo y con un logrado diseño de producción, Hijos del Tercer Reich (Unsere Mütter, unsere Väter) ha supuesto un importante punto de inflexión a nivel televisivo, convirtiéndose en una de la mejores series europeas de los últimos años.
La miniserie, evento televisivo del año en Alemania, ha acumulado más de siete millones de espectadores en tres episodios que no han dejado a nadie indiferente.
Situada en el Berlín de 1941, sigue las trayectorias de cinco entusiastas amigos que se reúnen una noche de verano para despedirse antes de marcharse a sus respectivos destinos, con la promesa de volver a reencontrarse después de la guerra. Sin embargo, ignoran lo que ésta supondrá a nivel mundial y, sobre todo, a nivel personal. Un viaje en el que los principios, los valores humanos y la amistad se vuelven difusos hasta límites a los que ninguno esperaba llegar.
Wilhelm (Volker Bruch) se alista como teniente junto a su hermano Friedhelm (Tom Schilling), mientras Charlotte (Miriam Stein) hace lo propio como parte del servicio de enfermería del hospital. Greta (Katharina Schütter) comienza en Berlín su carrera de cantante con la ayuda de un alto funcionario del partido nacionalsocialista. Su amigo judío, Viktor (Ludwig Trepte), es traicionado y deportado a un campo de concentración en el Este.
Hijos del Tercer Reich (Unsere Mütter, unsere Väter) está dirigida por Philipp Kadelbach y su peso reside sobre todo en sus icónicos personajes, interpretados por jóvenes estrellas de la televisión y el cine alemán.