Lolita

6 de mayo de 1958

Dolores González Flores, Lolita. Hija de dos grandes de los escenarios, Lola Flores y Antonio González ‘el Pescadilla’. Lolita crece bajo su sombra alargada. Tanto para lo bueno: es famosa desde que nace; como para lo malo: es muy difícil tener voz propia cerca de ellos. La primogénita de los Flores se hace una mujer sobre los escenarios. Con su primer gran éxito a los 16 años toca el cielo. La muerte de su madre y de su hermano Antonio en tan solo 15 días de diferencia la hunden en el abismo, desde donde conseguirá resurgir hasta encontrar la verdadera artista que llevaba dentro.

Antonia Medina. El campo en Jaén no da para alimentar a una familia de 6 miembros. Los padres de Antonia, como muchos otros, deciden emigrar a Cataluña en busca de trabajo y sueldo fijos. Antonia crece sumisa a los valores tradicionales. Aprende a cocinar, a llevar una casa. Empalma el final de la escuela primaria con el trabajo en la fábrica. A los 28 años ya lo tiene todo: casada, con hijos, con trabajo y con piso. Un verano, un incendio forestal amenaza toda la comarca. Todos deben ayudar y Antonia descubre en el servicio a los demás una forma inesperada de realización personal. Abandona la seguridad de la fábrica para convertirse en una de las primeras bomberas voluntarias de nuestro país.

Miguel Ángel Díaz. Con sólo un año, se debate entre la vida y la muerte. Le hacen una foto casi póstuma para recordarlo en el futuro. Logra sobrevivir pero con una falta de audición severa. La adversidad le enseña a ser fuerte, a no rendirse fácilmente. Persevera en la escuela y también en el País Vasco durante los años donde el terrorismo marca a toda la sociedad. Compagina triunfos y renuncias. Y cuando su vida está asentada en la madurez tiene la oportunidad excepcional de recuperar la audición y poder vivirlo todo de nuevo.