Edurne Pasaban

1 de agosto de 1973

Edurne Pasaban. Edurne era una niña enfermiza y miedosa. Su infancia apenas tiene recuerdos felices. En la adolescencia le cuesta encajar entre sus amigas. Ir los domingos a la plaza a esperar que un chico le diga algo no es un buen plan para ella. Con 14 años con las amigas se apuntan a un curso de escalada porque el monitor es guapo. Ahí Edurne descubre un mundo en el que encaja como un guante. La niña frágil en casa en el monte se transforma. Pirineos, Alpes, Sudamérica y finalmente Himalaya. Y los picos de más de 8.000 metros. Edurne es una mujer en un mundo de hombres. Cada expedición es una vivencia intensa e inolvidable, pero evidencia la dificultad de compaginar la vida en las montañas con poder formar una familia. Dilema, dudas, depresión, intento de suicidio. No puede tenerlo todo. Para salvarse debe escoger.  Así, su obstinación y sus renuncias le permiten ser la primera mujer del mundo que conquista los 14 ochomiles del planeta. 

Iñaki Zaldúa.Con sólo 10 años Iñaki afronta un revés que determinará toda de su vida. Pierde a su madre y con ella todo lo que conocía hasta el momento: sus amigos, su pueblo, su colegio, su casa… Debe empezar de cero y volver a encontrar su lugar. No es fácil. El Rugby será su aliado para recuperar la confianza.  La tenacidad y la rebeldía, son sus armas para defender lo que quiere. Con 43 años y la vida bien asentada, Iñaki no quiere conformarse y recupera planes antiguos para una vida intensa. Su próximo proyecto es dar la vuelta al mundo en familia.

José Juan Gázquez. José Juan pasa la infancia asomado a la ventana esperando a su padre, que tiene que trabajar lejos para mantener a la familia. José Juan también debe ayudar. Siendo un niño ya empieza a trabajar. Demasiado pronto tiene dinero y libertad para hacer lo que quiere: salir, malgastar y tontear con las drogas. Un desengaño amoroso le hunde del todo en la mala vida. Su única salida es aceptar un trabajo de camionero que lo aleje de las tentaciones. La carretera se convierte en su salvación. Pero cada vez que baja del camión recae casi hasta al punto de perderlo todo. Ya en la madurez, casado y con dos hijos, se ve obligado a hacer aquello que no quería: trabajar lejos de sus hijos, como su padre. La carretera es lo que lo mantiene a salvo.