Nacido en 1946, Clemente Domínguez fue el producto de una juventud difícil, marcada por las fugas del domicilio familiar por culpa de una homosexualidad reprimida y unas facultades mentales perturbadas que le hicieron también librarse del servicio militar a causa de una epilepsia. Se autoproclamó Santo Pontífice en 1978 tras haber tenido una supuesta visión del mismísimo Jesucristo donde le comunicaba que era el legítimo sucesor de Pablo VI, y que debería llamarse Gregorio XVII. A continuación nombró a sus propios cardenales y excomulgó posteriormente a Juan Pablo II por usurpador, apóstata, traidor antipapa
y precursor del Anticristo. Ejerció como líder de la Iglesia palmariana hasta su fallecimiento en 2005.