Stanley Roberts fichó por el Real Madrid de baloncesto en la temporada 1990-91, con 20 años. El plan era que fuese la pieza clave del equipo, pero la realidad fue muy diferente. La vida de Stanley Roberts mezcló grandes cantidades de admiración y dinero con problemas emocionales y decisiones extravagantes.
En 1989 jugó en Louisiana State University junto con Shaquille O’Neal, luego estrella de la NBA. Los dos tenían una complexión física similar y sus excompañeros coinciden en que Stanley era mejor.
Sin embargo, sus carreras posteriores viajaron por terrenos muy distintos. O’Neal se convirtió en una leyenda del baloncesto y Roberts, que estuvo ocho años en la NBA, atravesó todo tipo de obstáculos. Su trayectoria quedó marcada por las lesiones y por la sanción que terminó con su carrera (por consumo de cocaína).
Una década después de su expulsión de la NBA, Stanley Roberts había gastado los millones de dólares ganados, había pasado por la cárcel y había sobrevivido a una operación de corazón. Entonces, su ex entrenador de la universidad, Dale Brown, lo convenció para volver a estudiar. Con 42 años se graduó, encontró un trabajo estable y asegura que ahora vive la mejor época de su vida.
Más de 30 años después, sus excompañeros lo recuerdan como “buena gente”, “un tipo sensible y cariñoso” y “un alma pura”. Todos coinciden en la bonhomía de un gigante que encontró el camino para ser feliz.
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